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La Comisión Europea negoció durante años con Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay un acuerdo de libre comercio que crearía la mayor zona de libre comercio del mundo. Concluyó las negociaciones a finales del año pasado, pero los Estados miembros europeos y el Parlamento Europeo aún deben dar luz verde para la entrada en vigor provisional. 

Sin embargo, el acuerdo es especialmente delicado para el sector agrícola europeo, que teme una competencia desleal por parte del bloque comercial sudamericano. Los Estados miembros de la UE Francia, Italia y Polonia se muestran por tanto reacios al tratado. Para la entrada en vigor provisional se necesita una mayoría cualificada. Para bloquear el acuerdo, al menos cuatro Estados miembros que representen al menos el 35 por ciento de la población europea deben votar en contra. 

En Bélgica, el entusiasmo también es limitado. El gobierno valón se opone al acuerdo Mercosur; a nivel federal y flamenco no hay unanimidad entre los socios de la coalición. Como se requiere unanimidad entre todos los gobiernos del país para adoptar una posición belga, Bélgica tendrá que abstenerse en la votación europea. Esto se confirmó oficialmente el martes durante una reunión entre los distintos gobiernos. 

Según el ministro federal de Agricultura David Clarinval (MR), cuyo partido lidera el gobierno valón, Mercosur sí es ventajoso para la mayoría de las industrias y para sectores agrícolas como los lácteos y las patatas, pero «al mismo tiempo somos conscientes de que otros sectores, como el azúcar o la carne de vacuno, pueden sufrir consecuencias más negativas, a pesar de las cláusulas de protección previstas». 

(Bruselas, 9 de diciembre de 2025)