Praha – Los resultados más débiles de las economías europeas del año pasado pueden apoyar las ganancias electorales de los partidos populistas en las próximas elecciones al Parlamento Europeo. El efecto será más pronunciado en Chequia y en Hungría, donde el impacto del debilitamiento económico, la alta inflación y el aumento del desempleo fue más fuerte que el promedio europeo. Esto se desprende del análisis de la empresa Cyrrus, que presentó hoy a los periodistas su economista jefe Vít Hradil.
Según el análisis, el deterioro de la situación económica en comparación con el promedio a largo plazo en el último año antes de las elecciones favorece a los movimientos populistas. Esto se debe a que los votantes atribuyen la responsabilidad por el rendimiento de la economía a los gobiernos actuales, aunque su política se refleja en la situación económica con varios años de retraso. El análisis define como movimientos populistas aquellos cuyos representantes dividen a la sociedad en una élite que busca su propio beneficio y «gente común» a la que estos políticos prometen representar.
La Unión Europea se enfrentó el año pasado a una inflación significativamente más alta de lo habitual, así como a un crecimiento más débil del producto interno bruto (PIB). En Chequia, este efecto fue más fuerte que el promedio europeo, además de experimentar un aumento del desempleo, mientras que en el promedio europeo este disminuyó. El análisis concluye que los movimientos populistas obtendrán en la UE en promedio 1,1 puntos porcentuales más de ganancias electorales de lo que tendrían en una situación económica normal. Los partidos populistas se beneficiarán más del desarrollo económico en Hungría, donde obtendrán 5,8 puntos porcentuales adicionales, y menos en Grecia, donde la situación económica fue favorable y les restará 2,3 puntos porcentuales. En Chequia, el desarrollo económico traerá a los movimientos populistas 3,1 puntos porcentuales adicionales.
El análisis también indica que un gobierno a largo plazo de movimientos populistas tiene un impacto negativo en el desarrollo económico. En comparación con los países donde los partidos sistémicos se alternan en el poder, los países gobernados por populistas alcanzan en un horizonte de 15 años un PIB diez por ciento inferior.