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Praha – La posible imposición de aranceles comerciales a la importación de coches eléctricos desde China no resuelve los problemas con la competencia china y puede resultar contraproducente. Lo indicó la Asociación de la Industria Automotriz, que representa a los fabricantes de automóviles nacionales. La Comisión Europea quiere imponer aranceles sobre la importación de coches eléctricos fabricados en China, sobre la base de los primeros hallazgos, del 17,4 al 38,1 por ciento adicionales sobre el valor del actual diez por ciento.

Los representantes de la asociación creen que China comenzará a aplicar medidas de represalia contra Europa y Estados Unidos y que las ya tensas relaciones comerciales seguirán deteriorándose. Para Europa, el mercado chino representa el tercer destino de exportación más grande, y la situación de Europa y sus cadenas de suministro y producción es diferente a la de Estados Unidos.

Según el director ejecutivo de la asociación, Zdeněk Petzl, un aspecto que los representantes estatales no deben ignorar se relaciona con la importación de materias primas y componentes de China. Más del 90 por ciento de los materiales clave para la fabricación de vehículos eléctricos y las propias baterías son importados de China por los fabricantes de automóviles europeos. Aumento de los precios de estas importaciones o su bloqueo sería un gran problema para los fabricantes nacionales en términos de cumplimiento de los ambiciosos planes de la UE para reducir la cantidad de dióxido de carbono. Según Petzl, Europa aún no tiene un plan fiable para ser autosuficiente en todas las materias primas y componentes necesarios para la fabricación de coches eléctricos, o cómo asegurarlos en otros lugares. Muchas empresas también fabrican sus productos en China y los exportan a Europa. Por lo tanto, los aranceles potenciales también se aplicarían a estas compañías.

«La introducción de nuevas medidas arancelarias sin duda será sentida por los fabricantes chinos y puede desacelerar su expansión. Sin embargo, no esperamos que tenga un impacto en la política de subsidios en China. Las empresas que actualmente fabrican coches eléctricos en China para Europa, sin duda podrán adaptarse y continuar su penetración en el mercado, ya sea a través de inversiones locales, colaboraciones con socios locales o trasladando la producción a otros países,» señaló Petzl. Según él, una solución sería un enfoque sistémico que apoye las fortalezas de la industria europea, aumente su competitividad y abra nuevos mercados.

Ahora la gran pregunta para la Comisión Europea es cómo reaccionará ante las casi ciertas medidas de represalia chinas. Estas dañarán principalmente a las marcas premium alemanas,» comentó el experto del sector Petr Knap. Según el economista de Trinity Bank, Lukáš Kovanda, el anunciado aumento de los aranceles puede dañar significativamente la industria automotriz alemana. «Por lo tanto, también dañará la economía checa, que es un proveedor clave de componentes para la industria automotriz alemana. Y eso cuando los aranceles de la UE son mucho más bajos que los introducidos por Estados Unidos en los coches eléctricos chinos,» agregó.