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En Francia hay un escepticismo generalizado hacia la idea de que la UE firme un acuerdo comercial con un grupo de países sudamericanos reunidos en el bloque comercial Mercosur.

La agricultura francesa teme que el acuerdo abra aún más el mercado europeo a los productos agrícolas sudamericanos y, por tanto, exponga a los agricultores franceses a una competencia más dura.

Sin embargo, Dinamarca espera, al igual que el país más grande de la UE, Alemania, que pronto se alcance un acuerdo.

Así lo dice el ministro de Asuntos Exteriores Lars Løkke Rasmussen (M).

El anuncio llega mientras se dirige a la reunión de ministros de comercio de los países de la UE en Bruselas el jueves.

«Somos fervientes defensores de un acuerdo. En general, creemos que se deben cerrar los acuerdos comerciales que se negocian por todo el mundo»

«Somos una de las sociedades más ricas del mundo. Nos hemos vuelto así en unas pocas generaciones gracias a que hemos comerciado con el resto del mundo», dice.

Él cree que un acuerdo con los cuatro países sudamericanos – Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay – diversificará los mercados a los cuales las empresas europeas tienen acceso directo para vender.

«Ha habido rutas comerciales demasiado uniformes. Y hemos tenido una dependencia excesiva de China. Por lo tanto, sería prudente tener algunos socios comerciales adicionales», dice Lars Løkke Rasmussen.

Sin embargo, la agricultura danesa también está preocupada por las consecuencias si realmente se abren las puertas a los productos agrícolas sudamericanos.

«Está claro que siempre se puede tener miedo a la competencia. Pero esto funciona en ambos sentidos».

«Toda experiencia histórica muestra que tenemos una industria, una población y una agricultura tan agudas que podemos manejarnos en una competencia internacional equitativa», dice Løkke.

El objetivo del acuerdo es precisamente crear condiciones equitativas para que los productores de ambos continentes puedan vender sus productos.

Sin embargo, esta semana los agricultores en Francia bloquearon una autopista central hacia España en protesta contra el acuerdo.

Según los medios franceses, los agricultores franceses han prometido crear «caos» e intentar limitar el acceso a los alimentos si el presidente de Francia, Emmanuel Macron, se inclina y dice «sí» al acuerdo.

Alemania, por otro lado, está presionando para abrir nuevos mercados de exportación para su acosada industria automotriz. Al mismo tiempo, Europa quiere acceso a las materias primas que, entre otros, Argentina y Chile poseen.

Esto podría, en caso de éxito, reducir la dependencia de Europa de China.

El acuerdo debe ser aprobado por mayoría cualificada. Por lo tanto, Francia no tiene derecho a veto, pero hasta ahora ha sido difícil reunir el apoyo necesario entre los países de la UE para el acuerdo. Esto molesta al ministro de Asuntos Exteriores danés.

«Este proyecto ha llevado hasta ahora 25 años, y debería concluirse pronto», dice Løkke.

En Dansk Industri (DI), el jefe de DI Comercio Global e Inversión, Peter Thagesen, también espera un acuerdo.

«El acuerdo comercial con Mercosur no es perfecto. Pero podría aumentar el comercio para todos los países que forman parte del acuerdo».

«Generará crecimiento y empleo en Dinamarca, y también reducirá eficazmente la pobreza, por ejemplo, en Brasil», dice Peter Thagesen en un comentario escrito.

/ritzau/

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