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Lahbib ha sido nominada por la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, como candidata a comisaria para Preparación y Gestión de Crisis y para Igualdad. Su compleja cartera ha llevado a que no menos de seis comités puedan interrogarla antes de que el Parlamento Europeo decida si es adecuada como comisaria y si es la persona correcta para las competencias que se le han asignado.
Como era de esperar, varios miembros del parlamento hicieron preguntas sobre quizás el período más difícil de Lahbib como ministra de Asuntos Exteriores en el gobierno federal belga: la emisión de visas a una delegación de Irán en junio de 2023, lo que casi llevó a su dimisión. «¿Ha llegado a nuevas perspectivas desde entonces?», quiso saber Assita Kanko (N-VA). Lahbib respondió que el gobierno de Bruselas fue responsable de invitar al alcalde de Irán, «en contra de las recomendaciones de mi ministerio». El asunto terminó el año pasado con un voto de confianza en la Cámara, del que Lahbib, según sus propias palabras, ha aprendido que quiere trabajar con el Parlamento Europeo «en el mismo espíritu» como comisaria.
También se mencionó su viaje a la península ucraniana de Crimea en 2021, cuando aún era periodista de la RTBF. Esto generó controversia en Bélgica porque el viaje se realizó a través de territorio ruso y porque Lahbib lo hizo por invitación. En el Parlamento, negó el miércoles que fuera invitada por «la hija de Putin». «Fue por una artista que vivía en Bélgica», dijo.
Lahbib aprovechó la pregunta para destacar su apego a la independencia y soberanía de Crimea y Ucrania. Subrayó que siempre ha defendido el envío de F-16 y ayuda humanitaria a Kiev, que ha viajado varias veces a la capital ucraniana y que el mes pasado visitó el hospital militar en Neder-Over-Heembeek con el presidente Volodimir Zelenski. «Y bajo la presidencia belga de la UE se ha dado el paso histórico de abrir las negociaciones de adhesión con Ucrania y Moldavia.»
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