Bruselas – Informes de que el nuevo Parlamento Europeo (EP) prohibirá los coches tradicionales o que los eurodiputados ordenarán una movilización a nivel europeo y enviarán a la gente a la guerra en Ucrania: incluso tales desinformaciones, según la vicepresidenta de la Comisión Europea (CE) Věra Jourová, podrían aparecer en los últimos días u horas antes de las elecciones de junio al EP. Información falsa, deliberadamente manipulada, difundida con la intención de engañar al lector o espectador, ha existido durante miles de años, pero ahora sus autores tienen gracias a la inteligencia artificial (IA) muchas más posibilidades de propagarla.
Según una encuesta del Eurobarómetro de marzo del año pasado, más de un tercio de los ciudadanos de la UE (38 por ciento) considera que la desinformación y su propagación son ahora la mayor amenaza para la democracia. Precisamente en relación con esta amenaza, el Parlamento Europeo adoptó en el último período legislativo varias normas clave cuyo objetivo es aumentar la resistencia contra la desinformación e intervenciones extranjeras en la UE. Entre ellas se encuentran el Reglamento de Servicios Digitales (DSA), el Reglamento de Mercados Digitales (DMA), nuevas reglas de transparencia de la publicidad política, el Reglamento sobre Inteligencia Artificial y el Reglamento sobre la Libertad de Medios de Comunicación.
Para asegurarse de que las próximas elecciones europeas sean libres y justas, las autoridades nacionales están colaborando con las instituciones de la UE. Juntos intentan proteger las elecciones de diversas amenazas, como la manipulación de la información, ciberataques, fugas de datos y amenazas híbridas. El Parlamento Europeo también coopera con grandes plataformas. Grandes plataformas como Google o redes sociales bajo la empresa Meta Platforms han prometido ayudar a proporcionar información verificada y confiable.
Rusia, que según los funcionarios de la UE es la principal fuente de desinformación, tiene, según Jourová, una estrategia especial para cada estado miembro. Invierte más en aquellos países donde ve que es más barato influir en más personas, como es el caso de Eslovaquia o Bulgaria. La desinformación a menudo se asocia con otros ataques al espacio informativo en la UE, ya sea ciberataques, espionaje o corrupción de políticos, señaló Jourová y mencionó un caso que revelaron los servicios de inteligencia checos.
A finales de marzo, el gobierno checo amplió su lista de sanciones nacionales para incluir la plataforma de noticias prorrusa Voice of Europe, a la que dieron entrevistas, por ejemplo, el diputado alemán de origen checo Petr Bystroň o el eurodiputado alemán Maximilian Krah. El diario checo Deník N y la revista alemana Der Spiegel informaron posteriormente que la Agencia de Seguridad e Inteligencia (BIS) sospecha que Bystroň aceptaba sobornos de una red prorrusa. Krah también es sospechoso de estar vinculado a una red de influencia prorrusa.