Bruxelas (ANSA) – Emmanuel Macron e Olaf Scholz lo habían prometido después de la primera ronda entre los líderes que terminó el 17 de junio con una fumata gris: el acuerdo sobre los nuevos dirigentes de la UE llegaría pronto. Al final, el acuerdo de principio tomó forma en videoconferencia, uniendo sus dos voces y las de los demás negociadores del eje europeísta formado por Populares, Socialistas y Liberales. El rostro de la nueva Comisión Europea, salvo sorpresas, seguirá siendo el de Ursula von der Leyen.
Junto a la Sptizenkandidatin del PPE, la primera ministra liberal estonia Kaja Kallas tomará las riendas de la política exterior comunitaria. Mientras que el socialista portugués Antonio Costa orquestará los trabajos del Consejo Europeo. Un trío al que con toda probabilidad se unirá la maltesa Roberta Metsola – en cuota PPE – para un segundo mandato en el Parlamento Europeo. Una lista de nombres «estable» durante semanas sobre la cual, sin embargo, pesaba el juego al alza de los Populares que, a raíz del triunfo electoral, habían planteado la solicitud de un relevo al frente del Consejo Europeo, así poniendo en riesgo toda la mesa de negociaciones.
Los seis negociadores – junto a Macron y Scholz, también Pedro Sánchez, Kyriakos Mitsotakis, Donald Tusk y Mark Rutte – se han reunido para una ronda restringida con el mismo paquete de candidatos sobre la mesa. La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, no participó en la negociación. Una exclusión que, tras la estela de descontento de la última semana, se mitigó con una garantía clave: von der Leyen negociará a puertas cerradas con ella el precio del apoyo de Roma a un acuerdo para el cual bastará la mayoría cualificada (al menos 15 países representando el 65% de la población de la UE) y en el cual, por tanto, ningún líder tendrá poder de veto.
A cambio, la garantía es que Meloni «obtendrá una cartera de peso» en la próxima Comisión, como ha solicitado. Si todo va bien en la mesa de los líderes de la UE, el último obstáculo delante de von der Leyen para lograr un segundo mandato será la votación a mediados de julio en el plenario del Parlamento Europeo. Donde la incógnita de los votos disidentes sigue presente. Los Socialistas Europeos, a través de la portavoz del grupo Iratxe García Pérez recién reelegida, ya han avisado de que el acuerdo «no es un cheque en blanco» y que su apoyo dependerá del programa que la alemana pueda redactar (25 de junio).