Al igual que los estados miembros, el Parlamento Europeo aprobó la semana pasada la propuesta de aplazar la entrada en vigor del reglamento sobre deforestación un año, hasta principios de 2026. Pero a instancias del Partido Popular Europeo (PPE), una mayoría de derecha en el hemiciclo también solicitó que la ley ya no se aplicara a los estados miembros y terceros países donde no existe riesgo de deforestación.
Sin embargo, esa propuesta no fue bien recibida por los estados miembros el miércoles. Según una fuente, en la reunión diplomática se transmitió «un mensaje claro» de que los estados miembros quieren mantener el aplazamiento, pero no están dispuestos a modificar el texto legislativo previamente aprobado. «Abrir el texto solo generaría inseguridad jurídica y una enorme presión de tiempo», se dijo. Esa es también la posición de Bélgica.
El reglamento sobre deforestación prohíbe la importación en la Unión Europea de una amplia gama de productos procedentes de terrenos deforestados desde principios de 2021. La ley debería haber entrado en vigor a finales de este año, pero sobre la mesa hay una propuesta de la Comisión Europea para aplazar su entrada en vigor un año para dar a las empresas y comerciantes más tiempo para prepararse. Varios estados miembros y socios comerciales habían insistido en ello.
Ahora, los negociadores de los estados miembros y el Parlamento Europeo deben volver a la mesa para buscar un acuerdo.