Roma (ANSA) – Giorgia Meloni reivindica su posicionamiento en Europa. Por un lado, afirma haberse comportado como una «líder europea», evaluando que la trayectoria trazada por Ursula von der Leyen no era la correcta (y por lo tanto votando en contra de su reelección), por otro lado, excluye haber aislado a Italia en la UE, dando a entender que los canales con la presidenta de la comisión de la UE no están cerrados en absoluto.
Y que el diálogo continuará, en particular de cara a los nombramientos, para los cuales Italia sigue aspirando a asignaciones de peso: economía, industria, competitividad o cohesión. La estrategia es evidenciar la distancia política de la nueva mayoría europea sin nunca lanzar ataques frontales contra la presidenta de la Comisión Europea. «Si tratas de juntar todo y lo contrario de todo, aliando fuerzas políticas que no piensan lo mismo en nada, corres el riesgo de no tener una visión clara», dice en una entrevista con Corriere della Sera la presidenta del Consejo.
Con von der Leyen «hemos colaborado hasta ahora y continuaremos haciéndolo también en el futuro – subraya – Todos reconocen el peso y el papel de Italia y estoy segura de que estas serán las evaluaciones que se harán cuando se definan las asignaciones». El nombre en pole para Italia sigue siendo el de Raffaele Fitto, ministro de Asuntos Europeos, políticas de cohesión y el Pnrr.
El visto bueno definitivo de Meloni estará ligado a dos factores, a saber, la asignación europea que logrará obtener y la solución de un rompecabezas totalmente interno: cómo sustituir eventualmente al ministro en el ejecutivo. Sin olvidar que la primera ministra también tendrá que indicar el nombre de una mujer para cumplir con la paridad de género (20 de julio).