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El primer ministro, Luís Montenegro, garantizó hoy que Portugal está disponible para recibir inmigrantes, pero no lo hará «de puertas abiertas», defendiendo mecanismos en la Unión Europea (UE) contra la inmigración ilegal y que garanticen los regresos en esas situaciones.
«Nosotros estamos disponibles para poder acoger, en Portugal, inmigrantes provenientes de países donde las personas no ven sus oportunidades garantizadas. Nosotros necesitamos mano de obra, de mano de obra cualificada, de mano de obra para varios sectores de actividad económica y tenemos esa apertura, […] pero esa apertura no debe confundirse con una política de puertas abiertas», declaró el jefe de Gobierno portugués.
Hablando en Bruselas a la llegada al Consejo Europeo marcado por una discusión sobre la gestión migratoria, Luís Montenegro defendió la creación a nivel de la UE de “mecanismos que hagan que aquellos que no cumplen las reglas puedan ser repatriados, puedan tener un retorno que, naturalmente, garantice el respeto por los derechos humanos y que garantice el respeto por la dignidad”.
“Tiene que haber una consecuencia para la inmigración irregular porque si no hay una consecuencia eso significa abrir la puerta y toda la gente que llega a Europa de forma irregular acaba por ver su situación regularizada y, por lo tanto, es necesario efectivamente que, en los casos de mayor presión, pueda haber mecanismos que hagan disuadir comportamientos irregulares”, añadió.
Remarcando que “cada Estado miembro tiene su realidad” migratoria, Luís Montenegro reforzó: “Lo que en este momento más nos preocupa a nosotros Portugal es que efectivamente haya una política de retorno que sea, desde el punto de vista de la garantía de los derechos humanos, capaz de, por un lado, proseguir el objetivo de conducir a las personas a tener un comportamiento dentro de las reglas”.
“Nosotros somos un país que necesita acoger inmigrantes y también necesita, como ha sido la política de este Gobierno, tener flujos migratorios reglamentados de forma a poder dar condiciones de acogida más dignas y eso es lo que es nuestra disponibilidad”, concluyó.
La cumbre europea regular de octubre surge en un momento en que Alemania y Francia refuerzan los controles en sus fronteras y endurecen las reglas para migraciones, cuando países como España y Grecia también enfrentan presión migratoria, Italia realiza acuerdos con terceros países y Polonia intenta, como hizo Finlandia, suspender temporalmente el derecho al asilo para responder a las que dicen ser los intentos de Bielorrusia y Rusia de usar migrantes para desestabilizar occidente.
Este es un debate sensible en la UE dados los diferentes puntos de vista y los diferentes contextos de los Estados miembros en la gestión migratoria, que servirá para analizar cómo combatir la inmigración ilegal, reforzar los regresos de personas en esa situación y mejorar las vías legales de integración.
Hoy, deberá realizarse entonces una discusión inicial sobre este asunto, que surge meses después de que la UE haya adoptado un nuevo pacto en materia de asilo e inmigración, que solo estará en vigor en 2026 dado el necesario período de adaptación para las legislaciones nacionales de los 27 Estados miembros, pero del cual Holanda y Hungría ya piden exclusión, mientras otros países insisten en la adopción anticipada de las nuevas reglas.
A nivel de la UE, se estima que 27,3 millones de ciudadanos de países terceros vivan en los 27 Estados miembros, el equivalente al 6,1% de la población, y que los inmigrantes ilegales correspondan a menos del 1% del total.
En Portugal, la población extranjera residente es de poco más de un millón.
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