Have the article read by OpenAI (Beta). Please note that AI translations may take some time to process.

Bruselas (EuroEFE).- España aboga por que el próximo presupuesto de la Unión Europea para 2028-2034 aumente hasta el 2 % del PIB anual de los Veintisiete, casi el doble del montante actual, así como por crear un mecanismo de préstamos financiado con la emisión de deuda conjunta para invertir en bienes públicos europeos con el fin de responder a los «graves retos» que afronta el bloque.

Así lo recoge en un documento oficioso, al que tuvo acceso EFE, preparado de cara a la negociación del próximo marco financiero plurianual (MFP), que comenzará en los próximos meses y suele ser de las más divisivas en la UE. La Comisión Europea pondrá la primera piedra el próximo miércoles al presentar su «hoja de ruta» para el MFP.

En el mismo, el Gobierno defiende que la UE necesita un presupuesto «más ambicioso» para responder a los desafíos que se plantean en un contexto de «intensificada competencia global y perturbaciones digitales», como la «triple transición verde, digital y social» y la necesidad de impulsar la competitividad europea, pero también el refuerzo de la seguridad y defensa del continente.

«El nuevo MFP 2028-2034 debería, por tanto, ser mayor y más audaz, haciendo el mejor uso posible de todos los recursos disponibles para abordar nuestros retos comunes y asegurar la provisión de bienes públicos europeos mientras protege el modelo socioeconómico del ADN de la UE», dice el documento.

Vista de una bandera de la Unión Europea ondeando frente al edificio de la Comisión Europea en Bruselas, Bélgica, en una imagen de archivo. EFE/EPA/STEPHANIE LECOCQ

2 % del PIB anual del bloque comunitario

En concreto, España ve necesario que el futuro presupuesto de la UE represente «al menos el 2 % del PIB anual de la UE», frente al poco más de 1 % que representa en el periodo actual (1,1 billones de euros). Si se suman los 750.000 millones del fondo de recuperación Next Generation, que expirará en 2026, el marco actual subía al 1,8 % de la renta nacional bruta.

Para nutrir este presupuesto, que tradicionalmente sale en su mayor parte de las arcas de los Estados miembros, España propone crear nuevos recursos propios que generen ingresos directamente al presupuesto comunitario, así como emitir deuda común para financiar inversiones de interés europeo.

«Un mecanismo común basado en préstamos financiado por deuda conjunta apoyaría inversiones estratégicas y financiaría bienes públicos europeos a pesar de las presiones para la consolidación fiscal», dice el documento, que añade que este podría destinarse a apoyar inversiones en sectores fundamentales, incluyendo el de seguridad y defensa».

«En un contexto en el que Europa debe aumentar dramáticamente la inversión pública para aumentar su competitividad y garantizar su seguridad económica, hay razones económicas para financiar inversiones que produzcan futuros retornos comunes emitiendo deuda común», argumenta España.

La emisión común de deuda se ha utilizado para financiar el fondo de recuperación Next Generation, pero el acuerdo sin precedentes logrado en pandemia dejaba claro que se trataría de un mecanismo temporal y muchos países, con Alemania, Países Bajos o los nórdicos a la cabeza, siempre se han opuesto a replicar estas emisiones en el futuro, aunque las presiones para aumentar el gasto en defensa amagan con suavizar estas reticencias.

Utilización de los fondos Next Generation disponibles

En este sentido, España aboga también en el documento por utilizar todos los fondos disponibles del Next Generation, que son más de la mitad, así como por refinanciar la deuda ya emitida para aplazar la devolución y poder seguir financiando inversiones.

En cuanto al uso del presupuesto, España insiste en que «deberá apoyar la reindustrialización e innovación europea, la triple transición verde, digital y social, y el despliegue de infraestructuras de transporte y energía e interconectores, así como responder a las mayores necesidades de seguridad y defensa».

Así, aboga por que el Fondo de Competitividad que la Comisión prevé incluir en el próximo MFP contemple ayudas «reembolsables y no reembolsables» y por que un 50 % del MFP contribuya a la transición climática, frente al 30 % actual.

Pero España también pone el acento en las políticas tradicionales: destaca el papel «estratégico» de la Política de Cohesión y pide una «financiación suficiente y adecuada» para la Política Agraria Común (PAC) y la Pesquera, así como que la PAC tenga una «condicionalidad limitada y priorice incentivos sobre penalizaciones» al lograr sus objetivos. (10 febrero 2025)

La responsabilidad editorial de esta publicación es de EFE.