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Los Países Bajos no son los únicos que están atrasados, pero se encuentran muy rezagados. Los cientos de miles de millones de euros que se pusieron a disposición en 2021 a través del Fondo de Recuperación Europeo aún no han sido gastados en su totalidad por los estados miembros de la UE, según un informe publicado el lunes por el Tribunal de Cuentas Europeo.

Países Bajos solo presentó su primera solicitud de 1,3 mil millones de euros en mayo de este año, dice un portavoz del Tribunal de Cuentas Europeo. El gabinete también firmó el acuerdo especial en ese momento, dice. El acuerdo entró en vigor en 2021.

Con el dinero del fondo (RRF), todos los estados miembros de la Unión Europea pueden invertir en proyectos para superar las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus. Por ejemplo, se trata de inversiones en digitalización y transición verde.

La Comisión Europea ya ha aprobado esa primera solicitud de los Países Bajos. Los ministros de Finanzas de los estados miembros de la UE discutirán la aprobación en un momento posterior.

Países Bajos quiere gastar esos primeros 1,3 mil millones en inversiones en atención sanitaria, educación, construcción de viviendas asequibles y digitalización. Para los Países Bajos hay disponibles alrededor de 5,4 mil millones.

A fines del año pasado, menos de un tercio de los países de la UE habían solicitado el presupuesto disponible para ellos del fondo. Del dinero que hasta ahora se ha transferido de Bruselas a los estados miembros, además, solo aproximadamente la mitad ha llegado a sus ‘beneficiarios finales’, incluidos empresas privadas y escuelas.

El Tribunal de Cuentas Europeo advierte del riesgo de que las solicitudes de fondos europeos del fondo de recuperación se retrasen aún más y que los proyectos no se completen a tiempo. Como resultado, los estados miembros «no pueden disfrutar de los beneficios económicos y sociales esperados», dice el Tribunal de Cuentas. El presupuesto está disponible hasta agosto de 2026.

«Los fondos del RRF deben utilizarse a tiempo para que las medidas puedan implementarse sin problemas antes del final de la facilidad. Esto también reduce el riesgo de gastos ineficientes o irregulares», dice Ivana Maletić, el miembro del Tribunal de Cuentas Europeo responsable de la auditoría.

Una vez desembolsado, el dinero no puede recuperarse.