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Portugal es uno de los seis países europeos que no establece la edad mínima para conducir un patinete eléctrico, según el Consejo Europeo de Seguridad del Transporte, que propone la adopción de normas de seguridad obligatorias en la Unión Europea.

En un informe sobre cómo mejorar la seguridad vial de los patinetes eléctricos, el Consejo Europeo de Seguridad del Transporte (ETSC), indica que la mayoría de los 32 países europeos analizados por esta entidad establece una edad mínima para conducir un patinete eléctrico, siendo solo la República Checa, Estonia, Finlandia, Hungría, Portugal y Suecia los que no lo hacen.

El ETSC es una organización independiente y sin fines de lucro dedicada a la reducción del número de muertes y heridas en los transportes en Europa, de la cual forma parte la Prevención Vial Portuguesa.

El informe del ETSC también señala que solo 10 países exigen que los conductores de patinetes electrónicos tengan algún tipo de seguro, estando Portugal entre uno de los países que no impone el seguro obligatorio.

En el documento, el Consejo Europeo de Seguridad del Transporte propone la adopción de normas de seguridad obligatorias para los patinetes eléctricos en toda la Unión Europea, una medida que busca mejorar la seguridad en la vía pública y reducir el número de accidentes involucrando este medio de transporte.

Según el ETSC, las nuevas normas deben incluir un límite de velocidad obligatorio de 20 kilómetros por hora, así como requisitos mínimos de estabilidad, frenado y aceleración.

El ETSC recomienda además que los gobiernos de la UE deben establecer una edad mínima de 16 años para los conductores de patinetes eléctricos e implementar la obligatoriedad del uso de casco.

En un comunicado, la PRP refuerza la importancia de estas medidas propuestas por el ETSC que buscan «la protección de los usuarios y la reducción de comportamientos de riesgo en la vía pública», defendiendo que la conducción con alcohol o drogas, así como el transporte de pasajeros, debe ser prohibida, como se sugiere en el informe y como ya ocurre en Portugal.

La PRP indica que, en Portugal, el uso de patinetes eléctricos ha ido en aumento, especialmente en áreas urbanas, siendo cada vez más común verlos en los centros de las ciudades.

El informe del ETSC indica que muchos accidentes involucran solo a los conductores, no llegando al conocimiento de las autoridades, lo que puede dificultar la recopilación de datos y, por consiguiente, la comprensión de los riesgos reales involucrados.

En ese sentido, la PRP recomienda una mayor articulación entre los datos hospitalarios y los registros policiales, así como su disponibilidad para permitir mejorar la caracterización del problema, el análisis y la prevención de accidentes.

El Código de Tránsito en Portugal equipara los patinetes eléctricos a velocípedos, lo que significa que las reglas de circulación son las mismas, como por ejemplo está prohibido circular sobre las aceras y deben circular en las pistas obligatorias para velocípedos.

Sin embargo, teniendo en cuenta las características específicas de estos vehículos, la PRP consideró que «es importante hacer ajustes a la reglamentación que aumenten la seguridad de los usuarios de estos vehículos», debiendo también la Unión Europea «establecer un estándar común para garantizar una mayor uniformidad y eficacia en las políticas de seguridad en todos los países de la región».

La Prevención Vial Portuguesa subraya además que la reducción de la velocidad en las zonas urbanas, como sugiere el ETSC, es una «de las mejores formas de aumentar la seguridad de todos los usuarios de la vía, especialmente peatones, ciclistas y conductores de patinetes».

Según la PRP, en varias ciudades europeas, como Helsinki y Oslo, la limitación de velocidad en los patinetes ha demostrado ser eficaz en la reducción de accidentes.

Los datos disponibles en Portugal por la Autoridad Nacional de Seguridad Vial (ANSR) indican que hasta junio de este año ocurrieron 1.583 accidentes involucrando velocípedos, donde se incluyen los patinetes eléctricos, un 2,9% más que en 2023 y un 49,2% más que en 2019.

Según la ANSR, nueve personas murieron en el primer semestre de este año como consecuencia de los accidentes con velocípedos y 68 resultaron gravemente heridas, lo que supone una disminución respecto a años anteriores.

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