Bruselas – El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, expresó este jueves su rechazo a los centros de deportación de migrantes fuera de la Unión Europea porque considera que no solucionan ninguno de los problemas existentes y, sin embargo, crean otros nuevos.
Esa es la posición expuesta por Sánchez ante el resto de líderes europeos en la cumbre de otoño de la UE y que repitió en la rueda de prensa que ofreció al término de esa reunión que tuvo como uno de sus ejes el debate migratorio.
Para afrontar este problema dijo que Europa cuenta con herramientas valiosas como el Pacto de Migración y Asilo, que pidió al resto de líderes que se adelante su aplicación al verano de 2025.
Pero está en contra de fórmulas como las planteadas por la Comisión Europea y ya puestas en práctica por Italia para que haya centros de deportación fuera de la Unión Europea.
Su argumento para ello es que este tipo de centros no atajan los problemas que ya hay en este ámbito y, por el contrario, generan otros nuevos.
Ante la pregunta de si España se está quedado sola en sus tesis en materia de migración, señaló que hay países que sufren más el problema que otros y hay cuestiones en las que puede sentirse más próximo a algunos primeros ministros de países mediterráneos aunque no sean de su familia política, que a otros socialdemócratas.
Pero vino a negar que España se sienta aislada subrayando que, aunque rechace planteamientos como los centros de deportación, el país se siente «padre y madre» de otros aspectos de la política migratoria europea como el propio Pacto de Migración y Asilo, ante el que dijo que, como otros países, tuvo que ceder para llegar al consenso.
Sánchez defendió los beneficios de una migración ordenada y responsable en muchos ámbitos, entre ellos el económico, y se preguntó si Europa quiere ser «próspera y abierta» o «pobre y cerrada».
«Necesitamos afrontar el fenómeno migratorio pensando en las futuras generaciones y no en las próximas elecciones», añadió
Sánchez abogó por una visión más volcada en la dimensión exterior del fenómeno migratorio, reforzando la colaboración con los países origen y tránsito.
También recordó que el desafío de la migración sólo tiene asignados en los presupuestos comunitarios 2.000 millones de euros, y consideró que se necesitan más recursos.
En todo caso, quiso dejar claro que ante el resto de líderes europeos hizo una aproximación al fenómeno migratorio «en positivo» y para reforzar todo lo que tiene que ver con la migración regular.
«Es evidente que si queremos hacer frente al reto demográfico europeo, si queremos garantizar la sostenibilidad de nuestras pensiones y del Estado del bienestar, también garantizar el crecimiento económico que tiene ahora mismo España o Europa en su conjunto, necesitamos del aporte también de la migración, y esa migración tiene que ser regular, tiene que ser segura, tiene que ser ordenada», insistió. (17 de octubre)
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