Bruselas – El acuerdo «in extremis» entre los líderes de los grupos popular, socialdemócrata y liberal en el Parlamento Europeo permite desbloquear la nueva Comisión Europea y consagra el cargo de la española Teresa Ribera como vicepresidenta en el nuevo organigrama de Ursula von der Leyen tras semana y media de vetos cruzados que lo habían mantenido en suspenso.
Con el voto del conjunto de la Comisión Europea ya previsto en la agenda del pleno de la próxima semana en Estrasburgo (Francia) para el 27 de noviembre, el nuevo Ejecutivo comunitario podrá echar a andar el 1 de diciembre si no hay ningún tropiezo inesperado.
«Es un acuerdo equilibrado. Hemos llegado a una situación en la que tenemos el apoyo del resto de los grupos. Esto nos alegra porque necesitamos estabilidad en Europa, es un desarrollo prometedor», defendió el presidente del grupo popular, Manfred Weber, a la salida de la reunión de los jefes de grupos políticos en la que se fijó la agenda del próximo pleno.
Sin los vetos cruzados, esto significa que el Partido Popular Europeo dará su visto bueno a Ribera -con la oposición del PP español- y que los socialdemócratas y los liberales votarán a favor de los candidatos que les resultaban problemáticos: el vicepresidente designado italiano, el ultraconservador Raffaelle Fitto, y el comisario designado para Sanidad y Salud Animal, el húngaro Olivér Várhelyi.
«Para nosotros el elemento clave es que Ribera asuma la responsabilidad por su cargo actual», señaló Weber, que dio a entender que comprende que el PP español vote en contra o se abstenga en el voto de la próxima semana. «La responsabilidad europea y la responsabilidad nacional van de la mano», dijo.
En un comunicado del PPE remitido por la delegación española, el grupo comunitario aseguró que «vincula su apoyo a este acuerdo a que la candidata española presente su dimisión si es imputada por el desempeño de su cargo como ministra y vicepresidenta del Gobierno de España», un extremo no mencionado por el propio Weber en sus declaraciones ni por otras fuentes populares.
Al igual que el PP español puede votar en contra o abstenerse en el voto en el pleno, no está claro si todas las delegaciones del grupo socialdemócrata seguirán la línea de su presidenta, Iratxe García, de sostener el equipo en su conjunto. Durante el día, tanto franceses como alemanes habían expresado sus reticencias.
Las dudas de estas delegaciones socialistas se centraban en la formulación exacta del texto del acuerdo pactado entre los tres líderes con su respaldo en las líneas legislativas que defendió Ursula von der Leyen para lograr el apoyo del Parlamento Europeo en julio, que les ha servido para encaminar las negociaciones.
El texto, bautizado como «comunicado de cooperación de la plataforma» y no como un acuerdo de coalición, recoge un «compromiso para trabajar juntos con un acuerdo constructivo para avanzar en una agenda de reformas basada en las guías políticas que presentó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, en junio.
No incluye, no obstante, ningún tipo de referencia explícita que excluya la cooperación con partidos fuera de esta mayoría, un extremo que querían socialdemócratas y liberales pero rechazaba el PPE.
El único cambio en las responsabilidades de los tres perfiles sería para el húngaro Varhélyi, que tendrá que ceder a su homóloga belga -encargada de Igualdad y Gestión de Crisis- sus competencias en cuanto a gestión de pandemias, derechos reproductivos y la Autoridad de Preparación y Respuesta ante Emergencias.
Este pacto tampoco ha gustado en los Verdes, cuyo jefe de filas, Bas Eickhout, lamentó que el texto no vaya a impedir que los populares puedan recurrir a la mayoría que tienen con la extrema derecha cuando lo necesiten y señaló que su grupo, ahora quinto en número de escaños en el hemiciclo, evaluará el próximo lunes si pueden votar a favor de la Comisión en su conjunto.
«Se está creando una situación inestable. Se puede hacer un comunicado político, pero detrás hay mucha falta de claridad y eso no es bueno para el trabajo estable que necesitará hacer este Parlamento», advirtió Eickhout, que bromeó que en las últimas dos semanas ha aprendido mucho de política española.
«No creo que sea buena idea traer a Bruselas la polarización de Madrid», añadió.
El acuerdo allana el camino para que los coordinadores de las comisiones parlamentarias que evalúan individualmente a cada uno de los vicepresidentes designados aún en liza se reúnan durante esta tarde para confirmar a todos los comisarios pendientes con la mayoría de dos tercios requerida en este paso el proceso.
Las cartas de evaluación que redacten estos coordinadores serán transmitidas entonces al órgano que aglutina a los presidentes de todas las comisiones, que se reuniría en Estrasburgo a principios de la semana próxima, y finalmente a los jefes de los grupos políticos, que darían la luz verde final al conjunto el próximo martes o miércoles temprano: justo a tiempo para que el pleno vote el miércoles a mediodía. (20 de noviembre)
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