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This article has been translated by Artificial Intelligence (AI). The news agency is not responsible for the content of the translated article. The original was published by Belga.

El uso de sustancias químicas que son cancerígenas, pueden mutilar material genético o que pueden afectar la reproducción, sigue prohibido, pero las sustancias químicas que pueden alterar hormonas o que representan un peligro para las vías respiratorias o ciertos órganos, ahora se añaden a esa lista. También se debe prohibir el uso de PFAS en juguetes, se afirma.

Además, cada juguete deberá tener un pasaporte digital de producto, para facilitar a los servicios de inspección y aduanas la verificación de si y cómo cumple con la legislación relevante. Esto debe hacer que los juguetes comprados en línea y que se importan desde fuera de Europa sean más seguros.

La nueva ley también quiere proteger a los niños de los riesgos para la salud mental de los juguetes interactivos que utilizan inteligencia artificial. Los fabricantes deben prestar especial atención a esto en sus controles de seguridad. Y la UE impone límites de ruido más estrictos para los juguetes.

Según la eurodiputada belga Sara Matthieu (Verde), que participó en las negociaciones sobre la ley en la comisión de medio ambiente, la protección no llega un día demasiado pronto. Los niños a menudo se llevan los juguetes a la boca y los juguetes también se desgastan, lo que hace que materiales dañinos terminen en el polvo del hogar. «Los niños que gatean mucho pueden ingerir los productos químicos de esa manera», dice. Además, con los controles adicionales sobre los juguetes con inteligencia artificial se tiene en cuenta la vulnerabilidad de los niños, afirma.

También señala que los juguetes de tiendas en línea baratas como Shein y Temu a menudo no cumplen con las normativas de seguridad europeas. A pesar de los estrictos controles de aduanas y de la FOD Economía, todavía entra en Bélgica mucha juguetería insegura: nada menos que 37 millones de paquetes al mes que deben ser controlados por apenas 170 aduaneros. Gracias al nuevo pasaporte de producto «podemos verificar que todos los juguetes que llegan a nuestras estanterías no representan peligros para la salud de nuestros niños», dice Matthieu.