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Bruselas (ANSA) – Brusco, por mucho que ya se esperara, giro de 180 grados de Bruselas sobre la prohibición total de venta de motores de combustión a partir de 2035. Una medida que se había convertido en el símbolo de un Green Deal cada vez más bajo la presión de industrias y gobiernos. A doce meses del inicio del diálogo con el sector de la automoción en crisis, la Comisión de la UE reescribe el reglamento sobre las emisiones permitiendo a los fabricantes de automóviles reducir a partir de 2035 las emisiones de CO2 en el escape en un 90% respecto a 2021, y ya no en un 100% como está previsto hoy.

La revisión aprobada en Estrasburgo tras intensos debates entre los comisarios – que alargaron unas horas los plazos de presentación del paquete – deja por tanto espacio en el mercado posterior a 2035 a la comercialización de vehículos con motores de combustión, híbridos enchufables y con range extender, no solo eléctricos o de hidrógeno.

Los gigantes de la automoción deberán compensar ese 10% de emisiones restantes mediante “créditos” que podrán acumular con el uso de acero de bajas emisiones “made in Europe” para la construcción de los vehículos o con la utilización de combustibles sostenibles, como e-fuel y biocarburantes avanzados. Siempre que – precisa el Palacio Berlaymont – no sean biocarburantes de origen alimentario. Según las estimaciones de la UE, en el mercado posterior a 2035 se admitirá una cuota del 30-35% de vehículos no totalmente eléctricos.

«Europa sigue en primera línea en la transición global hacia una economía limpia», ha asegurado la líder del ejecutivo de la UE Ursula von der Leyen, como queriendo tranquilizar sobre que la revisión no minará los objetivos de transición de la UE. La que llegó desde Estrasburgo es, sin embargo, una «brecha en el muro de la ideología», en palabras del ministro de Empresas y del Made in Italy, Adolfo Urso, que ha reivindicado el papel de Roma en llevar adelante la batalla sobre el principio de neutralidad tecnológica, hoy reconocido en las normas revisadas.

Sin embargo, «demasiado poco», en opinión del presidente de Confindustria, Emanuele Orsini, que apremia a la UE a «dejar de hacer solo medias cosas: tienen que hacer cosas y hoy no las están haciendo». Stellantis considera la elección un primer paso que, sin embargo, «no aborda de manera significativa las cuestiones a las que se enfrenta el sector», en particular para los vehículos comerciales, mientras se aprecia el apoyo para los coches pequeños (16 de diciembre).