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Praga – El socialdemócrata Peter Pellegrini, apoyado por el actual gobierno eslovaco cercano a Rusia y Hungría, y el diplomático Ivan Korčok, respaldado por la oposición liberal y progresista que defiende la ayuda militar a Ucrania, se disputarán la presidencia de Eslovaquia el próximo 6 de abril en la segunda vuelta de las elecciones.

Con un 85 % del escrutinio, Korčok logró un 39,2 % de las papeletas, mientras que Pellegrini recibió el 39 %, según la oficina estadística que ofreció el escrutinio en directo.

Desde su retorno al poder al frente de una coalición de populistas de izquierda y ultranacionalistas, el primer ministro Robert Fico ha reorientado la política exterior hacia una postura más favorable a Rusia y ha atacado instituciones independientes, como la judicatura, desmantelando la Fiscalía Anticorrupción que investigaba a altos cargos de la formación del jefe del Gobierno.

En este contexto, la presidencia se convierte en una posición clave para controlar al poder ejecutivo.

«El país no está bien y quiero que se mueva», dijo Korčok tras conocer los resultados preliminares que le dan el pase a la segunda vuelta y en alusión a las masivas protestas contra las últimas medidas del Ejecutivo de coalición.

«Eslovaquia ha perdido la brújula en política exterior», aseguró además el experimentado diplomático sobre el giro radical que ha supuesto dejar de apoyar militarmente a Ucrania desde la llegada al poder de Fico, a diferencia de lo ocurrido en la anterior legislatura.

La participación fue del 50 por ciento, ligeramente superior al 48 por ciento que hubo hace cinco años, cuando a la segunda vuelta pasaron la actual jefa de Estado, Zuzana Caputova, y el entonces vicepresidente de la Comisión Europea, Maros Sefcovic.

Por su parte, Pellegrini destacó que el país necesita ahora «concordia» y «no ser testigo de continuos conflictos entre políticos y representantes institucionales».

Hay que ver cual de los dos candidatos será capaz de atraer el voto más nacionalista y radical que no ha logrado verse representado en estos comicios, ya que, a pesar de las diferencias de ideario político, son muchos los puntos en que coinciden Pellegrini y Korčok, como reconoció este último.

Los perfiles de los candidatos

El candidato filorruso Pellegrini vota en Eslovaquia
El candidato presidencial Peter Pellegrini vota en un centro de votación en la primera ronda de elecciones presidenciales en Eslovaquia, este sábado en Bratislava. Jakub Gablak/EFE/EPA

Pellegrini cuenta ya con una notable trayectoria: ha sido primer ministro y actualmente preside el Parlamento por segunda vez. Además, lidera su propio partido, La Voz (‘Hlas’), después de haber sido ministro en varias ocasiones.

Hlas es una escisión de la formación socialdemócrata Smer de Fico, el político que ha estado más tiempo al frente del Gobierno en Eslovaquia y que en los últimos años, desde la pandemia, ha derivado en posiciones populistas, antimigratorias, reticentes con las vacunas y prorrusas.

Tanto Smer (‘Dirección’) como Hlas fueron expulsados del Partido de los Socialistas Europeos por pactar una coalición de Gobierno con la ultraderecha del SNS.

La principal crítica que recibe Pellegrini es que no ha logrado desvincularse de la figura de su anterior líder, Fico, y se desconoce si como presidente sería capaz de poner coto a algunas de las reformas del Ejecutivo que vulneren el Estado de Derecho.

Mientras, Korčok, de 59 años, antiguo ministro de Exteriores y exembajador en EEUU, Alemania y ante la UE, se presenta como el contrapeso al actual Gobierno. Su perfil es cercano al de la presidenta saliente, la liberal Caputova, que ha puesto trabas a las polémicas reformas del Gobierno.

Los eslovacos elegirán el 6 de abril al sucesor de Caputova, la primera presidenta mujer del país, después de que decidiera no buscar un segundo mandato. La presidenta saliente, que ha demandado al primer ministro Fico por tildarla de «traidora» y de «agente estadounidense», dice que no tiene la energía para continuar por otros cinco años, citando amenazas contra su familia en un período muy polarizado de la política eslovaca. Caputova expresó su esperanza de que su sucesor «represente bien al país en el extranjero».

Aunque el puesto presidencial es visto como ceremonial, con el poder ejecutivo en manos de Fico, su capacidad para vetar leyes hará que el sexto jefe de estado de Eslovaquia -desde que el país naciera de la disolución pacífica de Checoslovaquia en 1993- tenga un papel clave. (24 de marzo)

La responsabilidad editorial de esta noticia es exclusivamente de EFE.

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