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Madrid – El Gobierno ha rechazado este martes la opa presentada por el grupo húngaro Ganz Mavag (Magyar Vagon) sobre Talgo alegando riesgos «insalvables» para la protección de los intereses estratégicos y de la seguridad nacional de España, ha informado el Ministerio de Economía, en aplicación de la normativa sobre control de inversiones exteriores.

Esta autorización fue solicitada por el inversor como requisito legal previo para la ejecución de la opa por el 100 % de Talgo -que suponía valorar la compañía en 620 millones de euros- «y, por consiguiente, no podrá tener lugar», ha añadido Economía en una nota.

Según la legislación de inversiones extranjeras, cuando una operación supera los 500 millones de euros debe ser autorizada por el Ejecutivo.

La decisión gubernamental, adoptada en la reunión del Consejo de Ministros, se produce después de que la Junta de Inversiones Exteriores -un órgano en el que participan diversos ministerios y pilotado por el Ministerio de Economía- considerara que la compra de Talgo por el grupo húngaro conllevaría riesgos «insalvables» para garantizar la seguridad nacional y el orden público.

Aplica la normativa europea sobre control de inversiones exteriores

El rechazo a la operación se produce en aplicación de la normativa sobre control de inversiones exteriores y con pleno respeto al Derecho comunitario y las competencias de la Unión Europea sobre inversiones extranjeras directas, protección del mercado interior y la libre circulación de capitales, ha agregado Economía.

El marco normativo español es «equilibrado y referencia a nivel internacional» al compatibilizar la atracción de inversiones y la defensa de los intereses nacionales, ha recalcado la fuente.

Para el Gobierno, Talgo es una empresa estratégica dentro de un sector clave para la seguridad económica, la cohesión territorial y el desarrollo industrial de España.

El Gobierno siempre estuvo en contra

El consorcio húngaro solicitó el pasado 4 de abril a la CNMV la autorización de la opa sobre Talgo, dirigida al 100 % de su capital por un importe total de 619,3 millones de euros y a un precio de 5 euros por acción. La operación estaba avalada por un banco húngaro.

Distintas voces en el Gobierno mostraron su oposición a esta compra, sobre todo por las relaciones entre el inversor húngaro y el gobierno del controvertido Viktor Orbán, y defendieron que Talgo es una empresa estratégica, con una tecnología única en el mundo, y desempeña un papel fundamental en el transporte ferroviario. (27 de agosto)

La responsabilidad editorial de esta publicación es de EFE.