La Comisión Europea quiere flexibilizar las normas medioambientales

Bruselas (dpa) – Para aliviar la carga de la economía, la Comisión de la UE está recortando las exigencias medioambientales. Varios leyes existentes deberán ser modificadas según la voluntad del organismo de Bruselas, con el fin de reducir, por ejemplo, la carga administrativa para las empresas. La Comisión estima que las empresas ahorrarán así alrededor de mil millones de euros al año. La vicepresidenta de la Comisión Europea Teresa Ribera dijo que la simplificación de la legislación garantiza un equilibrio adecuado y facilita a las empresas trabajar de manera más eficiente. Al mismo tiempo, se mantendrían los objetivos fundamentales de Europa en los ámbitos del medio ambiente y la salud, según la política.

Las propuestas para simplificar las exigencias medioambientales deben ahora ser debatidas y aprobadas por los Estados miembros y el Parlamento Europeo antes de que puedan entrar en vigor.

Aprobaciones más rápidas y menos obligaciones de información

Concretamente, el plan prevé, por ejemplo, evaluaciones de impacto ambiental simplificadas y aceleradas para las autorizaciones. Gracias a la digitalización, las evaluaciones ambientales deberán realizarse más rápidamente y, al mismo tiempo, se garantizará el acceso a los análisis y su procesamiento en datos reutilizables. Además, las empresas deberán tener más flexibilidad en la aplicación de las normas medioambientales, y los agricultores deberán quedar exentos de determinadas obligaciones de notificación.

Para reforzar la competitividad de Europa, Bruselas intenta actualmente aligerar muchas normas. Recientemente, por ejemplo, se alcanzó un acuerdo para debilitar la ley europea de cadena de suministro para la protección de los derechos humanos. En el futuro, solo se aplicará a unas pocas grandes empresas.

Las reacciones a las propuestas de la Comisión son dispares. Las asociaciones empresariales, por ejemplo, celebran la prevista reducción de la burocracia, pero exigen alivios adicionales. Las organizaciones ecologistas critican que los intereses de las grandes empresas sean más importantes para el organismo que la protección del medio ambiente y que se estén debilitando normas de protección fundamentales. (10 de diciembre)