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El primer ministro, Luís Montenegro, dijo hoy que “la fuerza de Europa y la solidaridad europea están puestas a prueba” en la cumbre europea en Bruselas, en la que los líderes de la Unión Europea (UE) van a decidir sobre el apoyo financiero a Ucrania hasta 2027.
“Diría que es uno de los Consejos [Europeos] más decisivos de los que se han celebrado en los últimos años. Creo que es incluso el caso para decir que la fuerza de Europa y la solidaridad europea están a prueba hoy y, desde nuestro punto de vista, Europa no puede, no debe fallar y nuestra convicción es que la reunión será dura, será intensa, pero es posible que lleguemos a un entendimiento”, afirmó Luís Montenegro, a su llegada a la cumbre europea, en Bruselas.
“Estamos puestos a prueba, es preciso asumirlo”, reforzó el jefe de Gobierno, calificando de “descabelladas” las acusaciones del presidente norteamericano, Donald Trump, que llamó a los líderes europeos débiles.
Los líderes de la UE, hoy reunidos en Bruselas, van a discutir el apoyo financiero a Ucrania en 2026 y 2027, decidiendo si aprueban un préstamo de reparaciones con base en los activos rusos inmovilizados, rechazado por Bélgica.
Para Portugal, de acuerdo con Luís Montenegro, “la solución ideal pasa por la utilización de los activos rusos congelados”, aunque el país esté “abierto a otras soluciones o incluso a la conjugación de más de una solución”, en alusión a la otra iniciativa propuesta, relacionada con la deuda común.
El jefe de Gobierno concluyó que “este no es uno de esos Consejos Europeos donde las cosas están garantizadas y tratadas previamente”, sino una cumbre “que empieza ahora, pero no se sabe cuándo va a terminar”.
En una de las reuniones más importantes del Consejo Europeo, dada la urgencia de asegurar fondos a favor de Ucrania para los próximos dos años, los jefes de Gobierno y de Estado de los 27 de la UE van a intentar un acuerdo político sobre una de las opciones sobre la mesa: un préstamo de reparaciones basado en bienes de Rusia congelados en el espacio comunitario (la opción que requiere más apoyo, mayoría cualificada y menos esfuerzo presupuestario, a pesar de la oposición belga) o una emisión de deuda conjunta (que no cuenta con el apoyo de todos y exige unanimidad).
De momento, se están llevando a cabo conversaciones en la UE para desbloquear las opciones de financiación europea al país invadido por Rusia en febrero de 2022.
La medida que reúne más apoyo en la UE se refiere a un préstamo de reparaciones a Ucrania, pero se enfrenta a la oposición de Bélgica, país que acoge la mayor parte de los bienes rusos congelados a través de Euroclear, una institución de depósitos de activos mobiliarios con sede en Bruselas que posee 185 mil millones de euros de los 210 mil millones de euros totales de los activos congelados en Europa.
El gobierno belga exige garantías y compromisos claros de los otros Estados miembros para protegerse jurídicamente, ya que no quiere asumir el riesgo de poder quedarse sin los fondos si Rusia no paga reparaciones.
El préstamo de reparaciones implicaría que el ejecutivo comunitario contrajera préstamos con instituciones financieras comunitarias que poseen saldos inmovilizados de activos del Banco Central de Rusia, siendo así un crédito basado en los activos rusos inmovilizados en la UE debido a las sanciones europeas aplicadas a Moscú por la invasión de Ucrania.
A Portugal le corresponderían garantías presupuestarias de 3,3 mil millones de euros.
La otra propuesta es una emisión de deuda conjunta para movilizar dinero para Ucrania, aprovechando el margen presupuestario como garantía para que Bruselas acuda a los mercados, pero exige el aval de los 27 Estados miembros (y no solo mayoría cualificada, como la anterior).
El Fondo Monetario Internacional estima que las necesidades de Ucrania para los próximos dos años son de cerca de 137 mil millones de euros, queriendo la UE darles respuesta con cerca de dos tercios.