Bruselas/Estrasburgo – El Parlamento Europeo (PE) votó el miércoles a favor de la versión final de la legislación de la UE destinada a la prohibición gradual de la importación de gas ruso a la UE, que comenzará a aplicarse a partir del otoño de 2027. Los eurodiputados eslovacos tienen opiniones diversas sobre esta propuesta legislativa, informa el corresponsal de TASR.
La eurodiputada y ponente alternativa de esta legislación Ľubica Karvašová (PS) subrayó en el pleno del PE que se trata de una decisión histórica y valoró el amplio consenso entre los diputados, así como las “soluciones concretas para Eslovaquia”. En contraste con ello están, según ella, las declaraciones de los representantes de la coalición gubernamental eslovaca, así como de sus representantes no inscritos en el PE.
“Como ponente alternativa por el grupo político Renovar Europa, participé activamente en esta legislación y apoyé soluciones que tienen en cuenta la situación específica de Eslovaquia. Rusia no es un proveedor fiable y el gas ruso no es barato. Si lo fuera, Eslovaquia no tendría hoy uno de los precios de la energía para las empresas más altos de toda la UE y el Estado no tendría que gastar cientos de millones de euros en ayudas energéticas”, dijo.
Recordó que Eslovaquia importa hoy la mayor parte del gas de otros países y tiene interconexiones con todos sus vecinos. La prohibición del gas ruso comenzará gradualmente en la segunda mitad de 2027 y Eslovaquia ha negociado el período transitorio más largo junto con excepciones técnicas concretas.
Monika Beňová (Smer-SD) señaló que esta decisión será perjudicial para la Unión desde el punto de vista económico y especialmente para Eslovaquia. “El Fondo Monetario Internacional nos pronostica en este contexto un impacto muy desfavorable en cuanto a la caída del producto interior bruto. Puede significar para nosotros un aumento significativo de los precios del gas y, con ello, una disminución de la competitividad de la industria eslovaca, así como un impacto en el debilitamiento de nuestra seguridad energética”, advirtió.
Considera importante para Eslovaquia la excepción que le permite utilizar el contrato a largo plazo para el suministro de gas ruso dos años más y, según ella, también será clave la forma en que la Comisión Europea aborde el compromiso en materia de compensaciones que prometió a Eslovaquia en relación con esta prohibición.
Miriam Lexmann (KDH) valoró el avance en favor de las garantías para Eslovaquia que aportó la propuesta final del texto negociado entre el Consejo de la UE y el Parlamento Europeo, donde los plazos concretos de desvinculación se refieren únicamente al gas natural, no al petróleo ni al combustible nuclear. Según ella, esto es técnicamente realizable en Eslovaquia sin poner en peligro a los hogares y al sector empresarial.
“La propuesta deja la posibilidad de negociar también excepciones justificadas para cada país. También por estas garantías apoyé la aprobación de la redacción actual del reglamento sobre la finalización gradual de la importación de gas natural de Rusia y la mejora del seguimiento de posibles dependencias energéticas”, dijo. Afirma que, tras el fin de la guerra y el establecimiento de una paz justa en Ucrania, la UE debe actuar de forma principista, rápida y en interés de sus ciudadanos, de modo que su falta de preparación no la perjudique en la reconstrucción de las relaciones económicas.
Martin Hojsík (PS) advirtió que la paz solo será posible cuando la UE deje de financiar a los soldados que matan en Ucrania. “Cuando dejemos de financiar el intento de Putin de que también Eslovaquia vuelva a ser una gubernia rusa. Nuestra libertad y prosperidad dependen de liberarnos del gas ruso. Es más caro no solo por su precio, sino también porque nos ha privado de la paz en Europa. Socava la competitividad de nuestra industria y pone en peligro los puestos de trabajo. Por eso me alegra enormemente que por fin nos deshagamos de él”, dijo. (18 de diciembre)
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